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Categoría: ACTUALIDAD
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Diana GarcíaEl ciclista colombiano Fernando Gaviria se convirtió este sábado en campeón mundial de pista en la modalidad del ómnium, tras ganar la última de las seis pruebas, la de puntos, en el certamen que se lleva a cabo en Saint-Quentin-En-Yveline (Francia)

Gaviria se impuso con 205 puntos, 15 más que el australiano Glen O’Shea y 24 más que el italiano Elia Viviani.

El velocista nacional había alcanzado el tercer lugar en el scratch, el segundo en la persecución individual, el tercero en la eliminación, el cuarto en el kilómetro y el octavo en la vuelta lanzada.

Fernando Gaviria vivió la alegría y el dolor de una manera tan parecida, que solo las lágrimas pudieron compensar esos dos únicos momentos. Y es que tras los 160 agotadores y extensos giros, esos que conformaron la prueba por puntos, la última de la modalidad del ómnium, Fernando solo atinó a levantar sus manos al cielo, cerrar su puño y regresar lo más pronto posible al sitio de meta para enterarse de lo sucedido con su compañero, amigo y cuñado Fabián Puerta, quien momentos antes había sufrido un delicado accidente cuando se preparaba para participar en la prueba de los 200 metros. “Fabián sufrió un trauma craneoencefálico leve, con escoriaciones que no revisten mayor gravedad. Tiene una lesión en el labio superior, está consciente y nos reconoce a todos. Le practicarán más exámenes en las próximas horas”, dijo el médico de la delegación colombiana, Jaime Albarracín.

El regreso del pedalista nacional fue tal vez más largo que la misma prueba que se cumplió en el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines, de París. Aunque los aplausos animaron un poco el momento. Su cara lo decía todo. Cuando se bajó de la bicicleta y se quitó el casco, un arrebatado abrazo lo fundió con su hermana Juliana, también ciclista, y esposa de Fabián. Ella no quería soltarlo, él solo atinaba a consolarla. Los Gaviria, en sollozos, vivían un momento único en sus vidas y solo ellos sabían lo que representaba ese interminable apretón.

Fernando, iluminado, no solo por su título, sino por las cámaras que no querían dejar de registrar ese momento familiar, levantó su mano en agradecimiento al público francés antes de ingresar al interior del escenario, donde empezaría otro momento de lo logrado.

Pero el oro de ese sábado es otro gran logro del colombiano, quien en el 2012, en Nueva Zelanda, en la categoría juvenil, registraba su nombre como campeón de la misma prueba, además de la americana, la que consiguió junto a Jordan Parra. Tras su hazaña, atendió a EL TIEMPO