“La muerte de Nisman se convirtió en el mayor escándalo político del mandato de Cristina”

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La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, fue imputada por el fiscal federal Gerardo Pollicita, por una denuncia de encubrimiento de un atentado efectuada por otro fiscal, Alberto Nisman, cuatro días antes de morir.

 

Pollicita decidió imputar a la mandataria argentina junto al canciller de ese país Héctor Timerman, al líder sindical Luis D’Elía y al diputado Andrés Larroque por el encubrimiento de un grupo de iraníes acusados de participar en el atentado a una mutual judía en Argentina en 1994 en el que murieron 85 personas y unas 300 resultaron heridas.

 

El proceso judicial contra la presidenta Cristina Kirchner fue abierto a raíz de la denuncia que el fiscal Nisman había presentado el 14 de enero pasado. Nisman se desempeñaba como el fiscal de la causa por el atentado terrorista que, 20 años después, sigue sin resolverse y por el que no hay ningún condenado.

 

El domingo 18 de enero pasado, el funcionario judicial apareció muerto con un tiro en la cabeza en su departamento del lujoso barrio de Puerto Madero en Buenos Aires. Al día siguiente, debía presentarse ante al Congreso argentino para dar detalles de la denuncia que había presentado contra la mandataria.

 

La muerte del fiscal está siendo investigada por la Justicia argentina que ha caratulado la causa como “muerte dudosa”. La Policía asegura que se trató de un suicidio pero hasta ahora no se han encontrado pruebas contundentes que avalen esta hipótesis. Las pruebas para detectar si Nisman tenía pólvora en las manos han dado negativo.  

 

El fiscal investigaba desde hacía años uno de los dos atentados terroristas que ha sufrido la Argentina en su historia. El 18 de julio de 1994 un coche bomba estalló frente a la mutual judía de la AMIA, destruyendo el edificio y provocando la muerte de 85 personas y decenas de heridos. En Argentina vive una de las comunidades judías más grandes del mundo fuera de Israel.

La investigación por el atentado estuvo viciada desde el comienzo, varios fiscales fueron destituidos y terminó con un juicio anulado y todos los acusados libres. Entre los sospechosos se encuentran siete funcionarios iraníes acusados de participar del atentado.

 

Cristina se defiende en Facebook

En tanto, la presidenta argentina compartió en Facebook un mensaje en clara alusión a la imputación que enfrenta:

¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos; nosotros nos quedamos con la Asignación Universal por Hijo, con las jubilaciones, con el matrimonio igualitario, con la ampliación de derechos, con los convenios colectivos de trabajo, con el mejor salario mínimo, vital y móvil de toda la historia, con la industria nacional, con las inversiones en infraestructura, con la educación, con las universidades, con los científicos, con las escuelas, con los chicos.

 

La oposición celebra

Mientras tanto, la oposición argentina celebró la apertura de una investigación contra Fernández.

"Estamos en los primeros pasos, pero el hecho de que Pollicita haya decidido abrir el procedimiento judicial es porque analizó que la causa tenía suficientes elementos para arrancar", dijo a Efe la diputada Patricia Bullrich, de Propuesta Republicana (Pro).

"Creemos que el memorándum con Irán fue la punta de un iceberg de negociaciones secretas y oscuras", agregó.

Para el diputado radical Julio Cobos, la noticia "confirma la gravedad institucional" que atraviesa Argentina, al contar con "la presidenta de la Nación imputada y el vicepresidente (Amado Boudou) procesado".

 

En tanto, la Fiscalía general anunció hoy el grupo de fiscales que reemplazará a Nisman al frente de la unidad de investigación especial para la causa por el atentado contra la AMIA.

La procuradora general, Alejandra Gils Carbó, informó en una rueda de prensa que los fiscales Sabrina Namer, Roberto Salum y Patricio Sabadini reemplazarán a Nisman.

Nisman decidió denunciar a Cristina Kirchner debido a que en 2013 la mandataria presentó un memorándum de entendimiento firmado entre Argentina e Irán para que los sospechosos pudieran ser interrogados en Teherán y en el que se comprometía a levantar las alertas rojas que están en manos del FBI para detener a los funcionarios iraníes.

 

Por el atentado, la Justicia argentina tenía en la mira a Ahmah Vahidi, imputado como coautor ideológico del atentado; a Mohsen Rabbani, exconsejero de la embajada iraní en Buenos Aires y acusado de ser el cerebro del ataque; a Ali Akbar Ashemi, expresidente iraní entre 1989 y 1997 y acusado de dar instrucciones al grupo Hezbollah para llevar a cabo el ataque; a Ali Fallahijan, el exministro de Inteligencia al momento del atentado, al excanciller Ali Akbar Volayali, al exjefe de la Guardia Revolucionaria, Mohsen Rezai, acusado de haber organizado la voladura y a Ahnmad Reza Ashgari, el tercer secretario de la embajada iraní en Buenos Aires y acusado de haber liderado el operativo.

 

El memorándum de entendimiento impulsado por Cristina Kirchner fue ratificado por el Congreso argentino, pero nunca por el Parlamento iraní, lo que llevó a la presidenta a pedir ante la asamblea general de Naciones Unidas que los congresistas iraníes aprobaran ese acuerdo.

 

A pesar de que el acuerdo entre Argentina e Irán nunca llegó a implementarse, Nisman entendió que ese memorándum escondía una estrategia para encubrir a los iraníes y por ese motivo denunció a la Presidenta de su país junto a los otros funcionarios. A cambio, el gobierno argentino restablecería las relaciones comerciales y recibiría petróleo de Teherán mientras le vendía granos. Ahora, el fiscal Pollicita decidió darle curso a esa denuncia e imputar a la mandataria.

 

La muerte de Nisman, un día antes de que se presentara ante el Congreso, se convirtió en el mayor escándalo político del mandato de Cristina Kirchner y ha conmocionado a la opinión pública argentina e internacional.

 

El 18 de febrero, cuando se cumpla un mes del fallecimiento del fiscal Nisman, miles de personas han convocado a una marcha en todo el país para exigir justicia. Muchos consideran a Nisman la víctima 86 del atentado.